jueves, 13 de octubre de 2016

En ese pasillo frío, se escuchaba lejanamente llover, los árboles alborotados, el crujido del columpio que se movía con el viento, el perro que guardaba la casa, ladraba sin desconsuelo, y ella se preguntaba que estaba pasando...Cuando de repente, con toda precaución, abrió la puerta y descubrió que el marido había dejado el aire acondicionado puesto.

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